Las opiniones pueden ser o no compartidas, pues no es fácil convencer. El convencimiento se dirige a la razón, es decir a que tú compartas o te adhieras a un punto de vista o una opinión. Este convencimiento no puede ser obligado ni logrado mediante mentiras o dádivas como sucede con la persuasión que puede lograr que tu digas o hagas lo que se quiere que se diga o se haga, empleando las mentiras, el engaño, ofreciendo algo a cambio o mediante amenazas; por ello no es fácil convencer.
La dificultad que presentan la mayoría de los estudiantes para redactar textos argumentativos, hace que muchos de ellos recurran al plagio para "salir" de sus compromisos académicos, una vía fácil pero equívoca. Los docentes nos percatamos generalmente de cuando un estudiante no ha redactado su escrito sino que ha empleado esa vía fácil. Los profesores sabemos qué vocabulario emplea un estudiante y cuales son sus fuertes en la forma de expresar alguna idea. Los estudiantes por su parte no se fijan en lo que copian y muchas veces se descubren al utilizar frases que no van al caso o que los delatan como investigadores de una problemática, lo que lógicamente no ha podido realizar en tan poco tiempo; una investigación necesita de esfuerzo y dedicación durante un gran lapso de tiempo para que pueda mostrar sus resultados.
No es un imposible escribir un texto argumentativo, solo se necesita dedicación y prestar un poco de atención a los pasos y reglas que se deben seguir para realizarlo. En primer lugar se debe tener claro cuál es el tema que se va a escoger, es importante que antes de empezar a escribir nos dediquemos a buscar información acerca del tema, así podremos confirmar si hay suficiente información acerca de él o si la información no es suficiente. En este último caso debemos cambiar el tema por uno que nos brinde suficiente información. Una vez hemos recolectado el material necesario empezamos a escoger las ideas que son preponderantes para expresar lo que deseamos. Realizamos lo que llamamos una lista de ideas.